domingo, 26 de agosto de 2018

Para vosotros boltañesas; para vosotras, boltañeses.


La carta de los-as de Ascaso a las gentes de Boltaña (la capital del municipio) con motivo de las fiestas de la Convivencia, que hoy se acaban.


Tiene Boltaña 11 núcleos aparte de la capital del municipio. En total, una docena de Boltañas distintas, pero todas complementarias. Y de esas once periferias, la más alta -junto a Aguilar- es Ascaso. A mil metros de altitud, a los pies del monte Nabaín, está este caserío que seguramente nació a final de la edad media, como parada obligada de romeros y romeras que subían a Santa Marina. Pero pocas gentes caben en Ascaso: apiñadas a lo largo de la cresta que forma su calle única, están sus seis casas, corrales, pajares, abadía, iglesia y cementerio. Y en sus extremos, la bordas para el estío de los ganados del lugar.

Como tantos otros lugares del Alto Aragón; la política de despoblación y pantanos, la desidia administrativa en la oferta de servicios básicos y la tentación que suponían coche y lavadora en la gran ciudad; hicieron que las gentes de Ascaso emigraran. Pero todas no; una familia de valientes permaneció siempre en la pequeña aldea. Y, a pesar de estar habitada, cuando la gran compañía eléctrica se hizo con el molino de luz de La Gorga, en Boltaña, cortó la mínima conexión de dos cables con que cada noche se encendía la única bombilla de cada casa. Fueron duros los años 60 en las aldeas de Sobrarbe. Cuando en los 90 llegó la pista forestal hasta Ascaso, otros no tan valientes asomaron su coche por el lugar y constataron que, casi en el meridiano 0, se encontraba una joya del patrimonio arquitectónico popular altaoaragonés.

Soplaba el viento rondador por los vanos sin ventanas de las casas de Ascaso. Luz de quinqués al caer la noche en las pocas casas en que se volvía a encender la chimenera. Agua de la fuente de la plaza que llegaba por una canaleta que a cada rato rompían los jabalíes. Pero más fuerte que el abandono fue el embrujo del lugar, de sus pozas, de sus vistas sobre el Ara, de sus atardeceres sobre el Cancias. Y así, volvieron gentes a Ascaso. No con ganas de crear un centro de vacaciones (que ya los hay en la comarca, y de los buenos) sino de re-crear un pueblo, con sus patios interiores y con su vida social en el exterior. No hay fiesta sin pueblo ni pueblo sin fiesta. Y lo saben bien boltañesas y boltañeses: no hay mejor fiesta que la Convivencia ni mejor convivencia que la fiesta.

Volvimos a celebrar San Julián cada primer sábado de septiembre. Subieron quienes habían sido obligados a abandonar el lugar, bailamos en la plaza cuarenta años después del último baile y surgió la idea de que todos (o, al menos, casi todos), somos más fuertes que uno a una, que una a uno. Con la asociación dimos la lata, plantamos cara a algún político, pero también fuimos consiguiendo de ellos cosas que en otros lugares hacía décadas que eran normales. Quisimos tener voz y que nos escucharan. Y lo fuimos consiguiendo. Hoy Ascaso está en todos los mapas.

Una noche de invierno -duro invierno el de aquí arriba, aún sin electricidad ni carretera en condiciones- mientras veíamos algunas películas con cuatro o cinco amigos y amigas sobrarbenses, surgió la idea de hacer eso mismo en verano, pero en algún lugar donde cupiera más gente. El sitio no podía ser otro que la antigua era, el único espacio horizontal del lugar. Sus antiguos propietarios se sumaron al entusiasmo de la idea y la cedieron a la asociación. Así nació el actual espacio del cine. El primer día de la primera edición, el Pirineo saludó con su mejor tronada. Hubo que resguardarse en la vieja borda en ruinas. Fue un aviso serio y pasado por mucho agua: si queríamos continuar con el festival, no sólo había que desbrozar una era, también había que restaurar un edificio. Pedimos y se nos dio: con una campaña de crowfounding por internet logramos que muchas gentes de otros lugares de Aragón, España y el mundo, euro a euro, nos ayudaran a crear nuestro particular palacio de festivales. Y quedó chulo. Si no lo conoces, súbete a verlo, merece la pena.

Y así, poco a poco, con el esfuerzo de muchos y muchas, hemos ido cumpliendo años con nuestra pequeña Muestra de Cine. Pequeña en términos de cantidad, porque en calidad somos potentes. Y en calidez, vamos sobrados. Pero Ascaso es pequeño, y no queremos que esto se pierda. Y el cine que nos gusta es también de presupuestos pequeños, y eso nos gusta. Y cuando vemos dónde han ido a parar los grandes fastos de la cultura, los grandes contenedores culturales, la mayor nosequé del mundo, el mayor puturrú de Europa, preferimos seguir teniendo la escala humana a que este caserío nos obliga.

Y sin perder el norte que cada día nos señala el pico Nabaín y, cada la noche, una estrella polar que se ve desde Ascaso como desde ningún otro sitio. Buscamos pasarlo bien. Estar con nuestros vecinos y vecinas, que no son solo quienes vivimos en Ascaso, también las gentes de Sobrarbe y, sobre todo, de nuestra querida Boltaña. Recuperar el pueblo; sus muros, senderos y casas y, también, su vida social y comunitaria. Porque siempre recordamos aquellos versos de nuestro poeta cantautor: Y cuando respirables resulten las alcobas/ traeré a mis compañeros para iniciar la obra/ de levantar un árbol delante de la puerta/ que dé cobijo al aire y al hombre le dé sombra.

A finales de agosto, el martes 28, como continuación de las fiestas de la Convivencia, empieza una nueva edición de la Muestra de Cine de Ascaso. Habremos puesto la aldea guapa, gentes jóvenes de varios países han venido estos días voluntarias a ayudarnos a arreglar muros y senderos. La ponemos guapa y le ponemos cine para nuestra gente pero, también, para todo Aragón y toda España. Y, sobre todo, para vosotros boltañesas; para vosotras, boltañeses. Os estaremos esperando cuando os acerquéis, paso a paso, a este reló de Ascaso.


jueves, 23 de agosto de 2018

A propósito de Wallay: Dos artículos sobre la situación del cine africano hoy.

SÉPTIMO ARTE: CUANDO ÁFRICA INVENTA SU PROPIO CINE, LEJOS DE CANNES Y DE LOS CÁNONES INTERNACIONALES.


Un artículo de Nicolas Michel para JeuneAfrique


Cada vez que se inaugura el Festival de Cine de Cannes, en el sur de Francia, la producción africana sigue apareciendo como la hermana pobre de la industria cinematográfica mundial. Sin embargo, con los medios que son suyos, el continente muestra una notable inventiva, a veces en contra de los cánones internacionales. ¿Y si esta es su oportunidad?

Cada año más o menos, escuchamos la misma canción: ¡no hay suficientes películas africanas en la selección del Festival de Cine de Cannes! La edición de 2017 no fue una excepción a esta regla, con solo tres largometrajes que podrían clasificarse en esta categoría. Debatir sobre el significado del término "cine africano" sería intelectualmente muy interesante en este momento de globalización, pero lo es también en el aspecto académico.

Sin duda, es mejor echar un vistazo al continente donde, sí, hay industrias cinematográficas vibrantes y significativas.

Algunos mencionarán espontáneamente a Nollywood y la riqueza de la producción nigeriana, los otros evocarán el sistema de financiación del cine creado en Marruecos, algunos recordarán películas notables de Sudáfrica o Chad. Los más informados dirán que Ghana merece ahora los apodos de Kumawood o Ghallywood que a veces se le otorgan... Pero esos argumentos caen pronto.

Por supuesto, hay producción local, pero es de calidad insuficiente para estar representada en Cannes. Una calidad evaluada como debiera, con criterios esencialmente occidentales y cuya apreciación se basa en cánones internacionales bastante consensuados de imagen, puesta en escena, escenario, duración, juego... deja fuera nuestras películas.


Sin caer en un relativismo cultural de mala calidad, es necesario que empecemos a mirar hacia África para tener una idea de qué películas que llenan las salas o circulan en forma de DVD. Es necesario ir a Burkina Faso, que alberga cada dos años el festival más importante del continente y donde las películas locales obtienen éxitos innegables. Tenemos que ir a Liberia, donde, paradójicamente, la epidemia de Ébola y el cierre de fronteras han favorecido el surgimiento de la producción local.

Más allá de los intentos de imitación inspirados en producciones asiáticas o de Hollywood, es aquí en la propia África donde ésta debe mirarse a sí misma y darse a sí misma para ver, sin pasar por el prisma distorsionador del juicio externo. Y a partir de ahí, África inventará su propio cine, lo que podría asombrar al mundo.


LOS BURKINESES-AS: LOS MÁS CINÉFILOS

Artículo de Renaud de Rochebrune para JeuneAfrique


Durante dos horas, antes de la ceremonia, la orquesta toca frente a los cientos de invitados que se agolpan en las gradas erigidas para la ocasión frente al flamante edificio. Luego llega un grupo de bailarines, precediendo a la procesión que encabeza el jefe del Estado de Burkina Faso, Roch Marc Christian Kaboré ¿Están inaugurando en Ouaga 2000 la sede de una organización internacional? ¿O un monumento a la gloria de la revolución que instauró al nuevo régimen? Nada de eso: a fines de febrero de 2017, lo que se celebraba a bombo y platillo era la puesta en marcha de CanalOlympia Yennenga, una nueva sala de cine.

El lugar es ultramoderno, gracias a su pantalla panorámica, su innegable comodidad y su modo de funcionamiento. La electricidad es proporcionada por 425 paneles solares instalados en un antiguo páramo. Este es un logro del grupo Vivendi controlado por Bolloré, propietario de Canal + y uno de los inversores de peso en el proyecto.


Apertura de salas

Es sorprendente que un edificio de este tamaño, modesto y con solo capacidad para 300 espectadores, atraiga para su lanzamiento a un jefe de estado acompañado por ministros y personalidades. Pero, en Burkina, un evento relacionado con el cine, muy apreciado desde finales de la década de 1960, nunca es algo pasajero.

Especialmente en vísperas de la apertura del prestigioso Fespaco, "el Cannes africano". Y aún más cuando este evento marca un cambio muy esperado. Hasta ahora, en Burkina, ha habido más cierres de salas -el Oubri, por ejemplo- que la apertura de cines.

Rodrigue Kaboré, el dinámico director del cine principal de Ouagadougou, el Neerwaya, con sus mil asientos, confirma que estamos siendo testigos de un desarrollo positivo que debería crecer. Una evolución bastante espectacular ya que Burkina es uno de los pocos países al sur del Sahara que ha mantenido durante el difícil período de 2010 un verdadero parque de salas de cine. Cuando algunas salas empezaron a cerrar, las autoridades se preocuparon, intentando evitar que se transformaran en supermercados. Próximamente el Neerwaya recibirá una segunda pantalla. Y, a partir de 2018, es probable que se inicie la construcción de un nuevo complejo de Neerwaya cerca del centro de Ouagadougou.

La apertura del Ouagalais es una más de las planificadas por su promotora, la ex directora Valérie Kaboré. Pero, además, a partir de este verano, un nuevo cine en Bobo-Dioulasso, el Guimbi, abrirá una sala pequeña, a la espera de la finalización de la construcción de la grande. Esto significaría que, en los próximos años, se rehabilitarán 15 salas en todo el país, según anunció el Ministro de Cultura, Tahirou Barry.

Cinéfilos

Esta situación se da porque el país tiene una audiencia grande y leal de cinéfilos. Es común que los mayores éxitos atraigan aquí a decenas de miles de espectadores. Este ha sido el caso recientemente, películas de Burkina Faso como Adiós madrastra, dirigida por el popular músico y bailarín Yacuba Napon alias MCZ; Papá, mi rival, de El Hadj Aboubacar Zida llamado Sidnaba, escritor, director y líder del grupo Savane Communication, o Mi cuñada a toda costa, de Oumar Danon.

El año anterior, los ganadores en la taquilla fueron Adama Roamba (El sobrino del capo), Missa Hebie (Celda 512) o Sékou Traoré (En el ojo de la Tormenta), que sucedió a la prolífica Boubacar Diallo, del ex director del semanario satírico Journal du jeudi, un pionero digital en Burkina, que había superado las 40,000 entradas con Sofía, llenando las salas. Ahora ha dejado de hacer largometrajes y se dedica a series de televisión.

Son estas películas de Burkina Faso las que reúnen a la mayor cantidad de espectadores. En particular, pero no siempre, cuando se trata de comedias, películas de acción u obras que denuncian males sociales. El previsible un éxito futuro de esta naturaleza, para Apolline- Traoré (Borders, sobre la balcanización de África y la corrupción) o Roamba Adama (Bosque Niolo, en torno a un escándalo ecológico), presentó este año en Fespaco.

"Películas africanas que hicieron sobre ellos en el exterior, como Tombuctú, el mauritano Abderrahmane Sissako, o África Paradis, Sylvestre Amoussou de Benin, también pueden tener éxito e, incluso, algunas películas de la India," dice Rodrigue Kabore. ¿Y películas occidentales? Imposible importar películas francesas, la operación no es rentable. En cuanto a las películas americanas, también se ha vuelto imposible programarlas desde la generalización de lo digital, las salas no tienen aún proyectores DCP. Técnicamente, esto podría cambiar, pero no cambiarían los gustos.


Fuerte participación del estado

A ello hay que sumarle que todos los que intervienen en la industria del cine se han unido para crear un sistema confiable de emisión de entradas, que el país alberga instituciones de formación cinematográfica de renombre: el Instituto Imagine dirigido por el director. Gaston Kaboré y la escuela Isis que acaba de celebrar su décimo aniversario, y que acaba de crear, con el apoyo de la Oficina Suiza de Cooperación, un fondo de 50 millones de francos CFA para fomentar el desarrollo del cine para mujeres, se entiende que Burkina sea una verdadera excepción en África.

El estado está en primera fila, apoyando a Fespaco, el festival panafricano. Proporciona aproximadamente dos tercios del presupuesto (más de mil millones de francos CFA por cada edición) y mantiene un equipo de unas cincuenta personas para organizar este evento y el Mercado Internacional de Cine Africano (Mica).

¿Es Burkina un modelo, entonces? Sin duda, en términos de participación estatal, que falta en la mayoría de las otras naciones. Pero se están comenzando a tomar iniciativas, como en Senegal y Chad, donde se han abierto líneas de financiación y de ayuda que, aunque modestas, se han puesto en marcha. Pero en Burkina también hay obstáculos que ralentizan el desarrollo de su cine africano. En particular, la casi inexistencia de productores dignos de este nombre, la escasez de escuelas que capacitan a los actores o la falta de ambición: ¿falta de fondos? - Cineastas que a menudo solo ofrecen películas que no se pueden exportar.

Mientras no se aborden estos problemas, África seguirá siendo el único continente que apenas puede producir sus propias imágenes para la gran pantalla. Un factor de independencia cultural que queda por conquistar.


WALLAY (Berni Goldblat, 2017)
Con la presencia de la directora del Festival de Cine Africano de Tarifa, Mane Cisneros.
Era del Cine de Ascaso
Miércoles 29 de agosto de 2018; 21:15 horas.

domingo, 19 de agosto de 2018

José Díaz sobre "100 días de soledad": escuchas y sientes cosas que no sientes habitualmente

Entrevista realizada por Juan Carlos Gea, para La Voz de Asturias. Publicada el 15 de marzo de 2018. 

Parque de Redes, Asturias, reserva de la Biosdera. Cien días de 2015: entre el 12 de septiembre, finales del verano, y 19 de diciembre, al borde del invierno, pasando por la bellísima otoñada de la montaña asturiana. Una cabaña a mil metros de altura. Unas cuantas gallinas, un gallo, un caballo, un pequeño huerto. El recuerdo de grandes apóstoles de la naturaleza como Thoreau, o de otros más recientes como Sylvain Tesson. Y nada de tecnología... salvo un arsenal de equipo óptico de primera para no dejar que nada escape de esos cien días a solas con la naturaleza y con todo lo que uno mismo lleva consigo. José Díaz, naturalista, montañero, decorador y asturiano, hizo acopio de todo ello -300 horas de filmación- para su primer documental: el largometraje 100 Días de soledad


-Una película que se presenta como un documental, pero que me da la sensación de que es mucho más que eso: un un manifiesto personal. Una llamada de atención…

-Sí, lo es. Pero lo de «llamada de atención» me da un poco de reparo.

-¿Por qué?

-Porque la gente puede pensar que yo no soy quién para dar lecciones a nadie. Pero si es verdad que para mí esto encierra un mensaje, manifiesta lo que pienso que estamos haciendo mal en esta vida. Que es mucho.

-Esta semana toca presentar lo que ha rodado en una parte de Asturias a los propios asturianos...

-Sí, y aun así estoy más temeroso de lo que pueda pasar en Asturias que de lo que pueda pasar fuera. Ahora mismo venimos de Madrid y San Sebastián, donde fue todo apoteósico, la sala repleta, la gente encantadísima… pero Asturias me preocupa más.

-¿Y eso?
-Todos tenemos muy cerca la cordillera, y casi nadie la conoce. Creo que hay cierto desinterés y falta de conciencia sobre lo que tenemos cerca. Posiblemente lo valoren más fuera que nosotros mismos. San Sebastián tiene un paisaje, por ejemplo, muy parecido, pero en eso los vascos nos llevan distancia; son mucho más respetuosos con el medio ambiente, o por lo menos empiezan a serlo, y en eso coinciden prácticamente todos: en darle la importancia que tiene. En Asturias, me da la impresión de que somos un poco diferentes, de que lo dejamos un poquitín de lado.

-A menudo uno no ve lo que tiene delante de las narices todo el rato. Nos pasó también con otro documental rodado en Asturias, Cantábrico.
-Posiblemente sea eso. A lo mejor, viendo este documental, la gente descubre algo que tiene a veinte minutos de casa. Yo creo que quienes tenemos el tiempo y la suerte de subir a la montaña y hacer fotografía o vídeo, tenemos también casi la obligación de enseñar todo eso a quienes no pueden hacerlo.

-Hay algo contradictorio en su experiencia. Por una parte, el aislamiento y la inmersión en la naturaleza; por otra, filmarla, mirarla una parte del tiempo a través de una tecnología sofisticada para luego contarlo. ¿Una experiencia algo descoyuntada?

-Sí. La verdad es que una parte de la esencia de esa estancia de cien días en soledad igual se pierde con la obligación de tener que rodarlo todo, pero al final el proyecto me lo planteé así; me resultó ciertamente complicado y difícil porque casi es incompatible lo uno con lo otro, pero finalmente acabas de hacerlo y luego lo disfrutas mucho más. En este caso, lo que es la experiencia en sí, aspiro a repetirla alguna vez sin filmar, y seguramente vaya a resultar más complicado. Rodar en esas condiciones requiere mucho esfuerzo, mucho sacrificio, trabajo… pero, claro, también me mantuvo la mente ocupada y así fui menos consciente de la situación en la que estaba.

-Habla de muchos momentos felices. Esos, los podemos suponer. ¿Y los duros?

-Recuerdo los momentos buenos, muchos, y esos perduran. Los malos fueron pasajeros: momentos de muchísimo frío, de cansancio, alguna caída, algún golpe, algún cabreo porque no conseguías el plano adecuado… Pero enseguida venía un momento bueno y de los malos te olvidabas rápido. Prácticamente todos fueron buenos. Malo, malo, fue despedirme de la familia y cuatro o cinco cosinas por el medio, pero ninguna de trascendencia suficiente como para que dure.


-No tiene móvil. Supongo que tampoco es hombre de redes sociales. Eso no pudo añorarlo. ¿Qué añoró más en términos de contacto humano?

-Precisamente eso. Sentarte delante de una persona y charlar de tú a tú. Eché de menos, evidentemente, a mi familia, y luego a los amigos del pueblo. Llevo desde hace quince años visitándolos prácticamente una vez a la semana y con ellos tienes conversaciones de verdad, de las que te sientas en el mismo banco, les miras a la cara y cambias información de tú a tú, sin aparatos de por medio. Y eso sí que lo eché de menos. Pero, insisto, ayudaba el estar muy ocupado. Y tener algo de compañía: el caballo, las gallinas, que te hacen la situación menos solitaria.

-Seres vivos, al fin y al cabo.

-Sí, y los que había moviéndose por la montaña. Seguramente había más movimiento en la montaña del que hay por Oviedo.

-Tuvo que cuidar la voz. La física, para que no se atrofiaran las cuerdas vocales. Pero también las voces de dentro, que ahí arriba y a solas no deben de callar…

-(Risas) Sí, sí. Las voces de dentro surgen y se multiplican. La voz física tuve que mantenerla activa por recomendaciones médicas. Me habían dicho que cien días sin hablar podía producirme una atrofia de las cuerdas vocales y que podría ser problemático volver a recuperarla. No sé si recordando eso o simplemente por el hecho de entretenerme, a veces hablaba con el caballo, con las gallinas, con la misma cámara, leía en alto cuando escribía…

-¿Y qué le decían las voces interiores?


(Ríe) De todo.

-¿ Quizá «cómo se te ha ocurrido meterte en esto»?

-No eso exactamente, no. Eso me lo habrían reprochado si me hubiese ido sin consentimiento familiar. Pero como me fui plenamente convencido de que iba a hacer un proyecto muy guapo y en mi casa estaban encantados, no hubo problema. Y lo mismo con el trabajo, la empresa es mía; me la jugué, si dejaba de funcionar, es que tenía que dejar de funcionar… Pero sí es verdad que, cuando estás mucho tiempo solo y dejando que fluya todo, surgen cosas que no surgen en situaciones normales; te das más cuenta de los defectos que tienes o de las cosas que hiciste mal, intentas mejorarlas o te planteas mejorarlas en el futuro, te das cuenta de que viviendo con muy poco eres más feliz que viviendo con mucho, con lo que también te replanteas la forma de vida que vas a hacer después, los cambios que harás… Básicamente cosas así. Pero sí es verdad que escuchas y sientes cosas que no sientes habitualmente.


-Subió con muy poco y aún le sobró. ¿Dice eso algo sobre esa austeridad de la que tanto hablamos en los medios?

-Sí, claro. La austeridad -o, casi mejor, la sobriedad- realmente sí la percibes en esta experiencia. Yo marché con muy poco. Hice un ejercicio claro de rechazar lo que no era absolutamente imprescindible y dejarlo en casa; y aun así me sobraron bastantes cosas, hubo cosas que quedaron arrinconadas en la cabaña y no las utilicé, incluso llevando tan poco.

-¿Y sobre la generosidad de la naturaleza?

-No hay mucho que decir al respecto. Esa es obvia. Yo, allí, creo que hubiese vivido incluso sin montar huerta: con los frutos del bosque, las castañas, las nueces, las avellanas, los arándanos, algunas manzanas de manzanos altos que están abandonados, con la miel de las colmenas y los huevos de las gallinas… Y la huerta, incluso siendo una época malísima e improductiva y estando a mil metros de altura, fue productiva hasta el final. Produjo muy por encima de lo necesario. De hecho, muchos de esos productos tuvimos que bajarlos al punto de intercambio de material y enviarlos para casa: les mandé 200 kilos de patata, cientos de huevos… Pensé que me iba a faltar comida y al final me sobró

-Una generosidad enorme, pero que, con todo, está condicionada a que se sepa pedir a la naturaleza con esa moderación…
-Sin duda. No tienes más que mirar para el resto del mundo: países que eran maravillosos vergeles -Borneo, Sumatra, Java- se deforestaron y ahora pasan a ser desiertos, zonas en las que no hay materia orgánica. Y al final desaparece la riqueza que tenían. Si no abusas de ella, la naturaleza es muy generosa, pero es verdad que la Tierra es finita y la estamos desgastando a un paso exagerado.

-Se suele pensar en experiencias de este tipo en términos de espacio, de geografía, de paisaje. ¿Es también una experiencia distinta del tiempo?

-Sin duda. Igual la sensación del paso del tiempo es distinta en un espacio o en otro. A lo mejor en un desierto donde no tienes con qué entretenerte o donde hay menos elementos en torno a ti pasaría más lento. O en el mar, hay mucha gente que cuenta que sus experiencias navegando decenas de días que se hacen más largos… En mi caso, fue curioso: unos días pasaban volando y luego analizando lo que había hecho, siendo consciente de todo lo que había hecho a lo largo del día, me daba cuenta de que en realidad pasaba lentísimo. Es verdad que sin el reloj y sin obligación de ir a ningún sitio ni de llegar a ninguna hora concreta eso pasaba. Tenía las obligaciones de grabar por el día y me guiaba un poquito por las sensaciones. Pero la experiencia del tiempo es totalmente diferente.

-¿Y le llegó a sobrar tiempo ahí arriba, como pasa a esas tribus que viven en zonas extremas, pero que aún así tienen más tiempo libre que nosotros?

-No fue el caso porque rodé una media de tres horas diarias; y tantas horas como rodaba, luego visualizaba a ritmo normal para ver la calidad de las imágenes, archivar, descartar algunas… Eso ya me llevaba seis horas. Los desplazamientos a los sitios donde rodaba, ida y vuelta, otras seis. Con lo cual ya le metes doce horas a una jornada de trabajo y te queda muy poco tiempo. De hecho, no abrí ningún libro de los veintipico o treinta que llevé.


-¿Qué libros se llevó?

-Algunos de los que recomendaba el viajer y aventurero Sylvain Tosson, que ha sido una de mis referencias, en su libro La vida simple. También algunos que había leído hace tiempo de Losbang Rampa, como La túnica azafrán… Uno del Dalai Lama que siempre quise leer. Walden, de Thoreau. algunas revistas de la Fundación Rodríguez de la Fuente, unas revistas geniales que se llaman Agenda Viva. Pero no leí nada. Se quedó todo en la librería esperando que lo cogiese. No hubo ni un minuto para leer.

-¿Qué pasó el día 101?

-Nada, la verdad. Como no pasó cuando me fui. Pasas de una situación a otra con una facilidad tremenda. Quizá tomas las cosas con una tranquilidad diferente: después de cien días relajado, tardas en volver a estresarte. Esos primeros días no fueron especialmente duros. A lo mejor un mes después, cuando ya empecé con la postproducción, que me resultó especialmente complicada.

-Porque bajó con aún más material que productos de su huerto de montaña…

-Trescientas horas, que traducidas en peso eran veinte teras o por ahí, y con la obligación de hacer las primeras cribas yo mismo. Imagínate. Compatibilizar eso con el trabajo en la oficina teniendo que ver tantas horas, que vi dos veces, empezar a hacer cortes, reducir eso a veinte la primera vez, la segunda a diez, la tercera a cinco y la cuarta a cuatro fue muy, muy, muy complicado. Me mantuvo tan pendiente de ello que no fui consciente del cambio de la tranquilidad al barullo. Pero sí hay algo que recuerdo: me sorprendió mucho la cara de pena de la gente. Cuando bajé de la montaña, los primeros movimientos que hice por la ciudad en coche, como un niño pequeño que va a un sitio que no conoce, empecé a mirar para todos lados. En los semáforos miraba a la gente y veía miradas perdidas, caras amargas, tristeza… Me sorprendió muchisimo.

-¿Y esos otros 100 dias de pura soledad? ¿Para cuándo?

-Prefiero no pensar en ello, pero no va a pasar mucho tiempo. De momento vamos a vivir un poco esta experiencia y disfrutarla, porque el documental está teniendo más repercusión de la que esperábamos incluso. Y luego, no sé cuándo, hacer algo parecido pero sin una cámara. Disfrutándolo.


100 DÍAS DE SOLEDAD (José Días y Gerardo Olivares, 2017)
Con la presencia de su director y protagonista, José Díaz..
Era del Cine de Ascaso
Martes 28 de agosto de 2018; 21:15 horas.

viernes, 17 de agosto de 2018

BSO JAZZ TRÍO, el grupo que ha compuesto e interpretará la banda sonora de "Tiempos Modernos"


BSO JAZZ TRÍO, es el grupo que ha compuesto para la Muestra de Cine de Ascaso la banda sonora de "Tiempos Modernos" (Charles Chaplin), que la interpretará, en directo, la noche del 30 de agosto en la era del cine.

BSO JAZZ TRÍO, conocidos anteriormente como CROMOSOMA 3 (han cambiado de nombre porque ese ya estaba ocupado), es un proyecto formado ex profeso para la composición y creación de música original dedicada al cine, compuesto por Juan De Ribera, Tico Porcar y Diego Barberá.

Los tres son músicos vinculados a la productora BSO (Banda Sonora Original), con amplia experiencia en diferentes ámbitos y de gran profesionalidad. Después estrenar el año pasado en la Muestra de Cine de Ascaso y girar en varios festivales con el proyecto “El Acorazado Potemkin” (Sergei M. Eisenstein), afrontan ahora la obra maestra de Charles Chaplin “Tiempos Modernos”:


JUAN DE RIBERA BELLOCH GÓMEZ. Pianista y Teclista


Juan es pianista y teclista de jazz así como compositor de música para Teatro y Cine. Actualmente reside en Castellón donde trabaja para el estudio de grabación BSO producciones. Pianista del grupo Mocedades 1992 / 2005 hace giras internacionales como pianista. Músico/actor en varios montajes teatrales.

Grupos de jazz con los que colabora actualmente:

YEI YI & CO, PANCHI VIVO QUARTET, ALVARO DE LA PUERTA, CHEMA PEÑALVER, MARIA IGUAL, JOSEP LLUIS GALIANA (X QUARTET), VICENT CORTINA QUARTET, JAZZCINEMA, CROMOSOMA 3 (BSO Grup).

Algunos de sus últimos trabajos realizados:

2016: Grabación del disco MULL con YEI YI & CO. Festival Internacional de Jazz de Peñiscola con YEI YI & CO (presentación del disco MULL). XXV Aniversari del Festival de Jazz a Castelló con YEI YI & CO y con PANCHI VIVO QUARTET. Festival de Blues a Castelló con ALVARO DE LA PUERTA (Teatre del Raval). FIBER MOMENTS Grabación para Benicàssim.pop Volumen 3 del tema de Belle & Sebastian Yei Yi & Co con María Padilla.

2017: BENICÀSSIM.POP concierto con YEI YI & CO (Teatro Municipal Francesc Tàrrega). REAL JAZZ, II Festival de Jazz de VILA-REAL con YEI YI & CO. XXVI Festival de Jazz a Castelló. Grabación del programa Discopolis Jazz de Radio 3 con el concierto en directo de YEI YI & CO. Presentación concierto de BLOWING THE GROOVE con CHEMA PEÑALVER. Grabación del disco de Chema Peñalver ( Blowing the Groove ) SEDAJAZZ RECORDS.

2018: Concierto presentación del libro “Improvisación libre” de Josep Lluis Galiana. (librería Argot). Concert Didàctic Familiar “JAZZCINEMA” Cinema i Jazz en directe (Auditori i Palau de Congresos de Castelló). Concierto presentación del disco Blowing the goove del Clarinetista Chema Peñalver
(Centro cultural la Bohemia Castelló). Concierto en el Casino Antic de Castelló con María Igual Trío (Ciclo Los Lunes Concierto). Concierto presentación del grupo Vicente Cortina Quartet (V Festival de jazz de la Pobla de Vallbona , Valencia). Composición de la música del montaje teatral de final de curso del Aula de Teatre Carles Pons (Paraninf de la Universidad Jaume I de Castelló). Concierto Chema Peñalver Octeto “Blowing the groove” (XXII Festival de Jazz del Palau de la Música de Valencia). Concierto Chema Peñalver Blowing the groove (XV Festival Internacional de Jazz de Peñíscola).


TICO PORCAR ARNAU. Batería y percusiones


Músico nacido en Castellón en 1981. A los 13 años recibe sus primeras clases de percusión y solfeo en Escaire, una pequeña escuela de Castellón.

En el año 1997 se muda a Barcelona y cursa el programa de L'Aula de Música Moderna i Jazz con el profesor Quim Solé.

Entre el 2002 y 2005 se traslada a Madrid donde, gracias a su versatilidad musical, forma parte de diferentes bandas con estilos muy diferentes. Recibe clases del batería uruguayo Carlos Carli quien lo introduce de manera mas seria en el lenguaje jazzístico y que mas tarde perfeccionará junto a Marc Miralta, ya a la vuelta de su estancia en Madrid.

En el 2014 termina el grado superior de música como intérprete de jazz en el conservatorio Joaquin Rodrigo de Valencia y actualmente reside en dicha ciudad, donde ha tenido y tiene la oportunidad de tocar frecuentemente con importantes músicos de jazz tales como Ramón Cardo, Albert Sanz, Bill McHenry, Perico Sambeat, Vicente Macián, Voro García o Toni Belenguer entre otros.

Con más de diez años de experiencia como docente, trabaja como profesor de batería en la academia Mondo Ritmic de Castellón y en L’Aula de música 12 Notes de Villareal.


DIEGO BARBERÁ. Bajo y Contrabajo

Estudia contrabajo en el Conservatorio Profesional Joaquin Rodrigo de Castellón. Termina sus estudios en el Conservatorio Superior de Música de Valencia. _Licenciatura en Contrabajo. Especialidad de Jazz.

Músico de amplia formación clásica, moderna y de jazz. Participa en proyectos de diferentes estilos como contrabajista, bajista, productor o director musical; Orquestra Amics de l’Opera de Cs, OSP, Orquesta de la Opera del CSMV, Orquesta Barroca del CSMV, JOSC, Orquestra de Vents de Llevant, Sarabanda. También acompañando a grupos o solistas como; Feliu Ventura (Cantautor), Tahskenti (Mestizaje/World music), Simon Campbell Group (Folk/Blues/Rock), Obrint Pas (Punk/Rock/Ska), La Malavida (Rock/Cover band), Malagana (Reggae/Rock), TansTupids (Powerpop), Talps (Folk/Pop), El Indio (Tribute band), Fabián Barraza Django’s Trio (Jazz Manouche), Yei Yi & Co (Nu Jazz), Chema Peñalver Quartet (Swing), Juanjo Carrratalá (Swing), UJI Big Band (Jazz), CSM Big Band (Jazz), Jazzbona Big Band (Jazz), Jeff Jerolamon Trio (Jazz), Enric Peidró Quartet (Swing), Tracy Reid & Rhythm Kings (Swing), Lola Bou (Songwriter), Colubraria (Folk/World Music), Manel Brankal (Flamenco/World Music), Orquestra Europa (orquesta de baile), Los Bruscos (Blues Band), etc. Productor de varios discos y director musical en proyectos de distinta indole. Profesor en The Session CMM.

TIEMPOS MODERNOS (Charles Chaplin, 1937)
Versión original con música en directo, compuesta e interpretada por BSO JAZZ TRÍO (Cromosoma 3).
Era del Cine de Ascaso
Jueves 30 de agosto de 2018; 21:15 horas.

martes, 14 de agosto de 2018

Entrevista a José Buil, hijo de refugiados y promotor de la exposición sobre la Bolsa de Bielsa.

Bielsa es el municipio más al norte de Sobrarbe. En 1938, hace justo 80 años, fue escenario de una resistencia numantina frente a los militares fascistas sublevados en España. Por ello, fue duramente castigada. Pero sobre aquellos hechos, denominados popularmente "la Bolsa de Bielsa", y la posterior huida de la población a Francia en busca de refugio, se intentó extender una manta de olvido.

Mientras tuvo lugar la resistencia republicana en Bielsa, las fuerzas sublevadas lanzaron numerosos ataques aéreos. El 12 de mayo de 1938 varios cazas italianos bombardearon Bielsa. El 31 de mayo tiene lugar un nuevo ataque, esta vez llevado a cabo por bombarderos ligeros alemanes que arrasan Bielsa y Pineta. El 7 de junio, de nuevo, siete bombarderos italianos bombardearon Bielsa y Plan, mientras que los Junkers alemanes se ceban con Parzán. Una semana después, el día 15, nueve Heinkel bombardean con bombas incendiarias las localidades de Bielsa y Parzán. Bielsa se convirtió en "la Gernika de Aragón".

Ante tal masacre, la población civil huye por el puerto viejo de Bielsa buscando refugio en Francia. Entre 6.000 y 7.000 mujeres, ancianos, niños y enfermos, atraviesan a pie la muga aún nevada para ser acogidos en Saint Lary en lo que fue el primer movimiento de refugiados españoles que, el año siguiente llegaría al medio millón de desplazados. Este episodio, que sucedió exactamente hace 80 años, nos cuenta el momento en que los españoles buscamos refugio como hoy lo hacen millares de otras gentes que también huyen de guerras y penurias.

Miguel Cordero, codirector de la Muestra de Cine de Ascaso, habla con José Buil, cuya madre y tíos atravesaron en plena adolescencia el puerto viejo camino de Saint Lary. José, ciudadano francés, ha trabajado a lo largo de estos años en la recopilación de fotografías y testimonios de lo que fue la heroica Bolsa de Bielsa y la búsqueda de refugio en los valles franceses por la población refugiada de Sobrarbe.


La exposición "Sobrabenses refugiadxs" estará colocada en la Calle Única de Ascaso durante los días 28 de agosto al 1 de septiembre en que se celebra la séptima edición de la Muestra de Cine más Pequeña del mundo.

M: Buenos días José. Cuéntanos ¿por qué esta exposición?

J: Esta exposición se crea por dos motivos. Uno, yo diría de orden general, porque viendo lo que está pasando hoy por el mundo, me parece importante en el 80 aniversario de la Bolsa de Bielsa, de lo que pasó, aquí, en nuestro pueblo, me parece importante recordar esos acontecimientos. Porque desgraciadamente creo que se olvidan, ese es el motivo yo diría de orden general. Y el motivo particular es porque esos hechos afectaron particularmente a mi familia, a mi madre, que tiene hoy 98 años, a mis tíos, a toda mi familia, que tuvieron que marchar a Francia. Después, cuando lograron volver a España, tuvieron que volver a emigrar, ese es otro de los efectos de esa guerra. Por eso, a mí, con 20 meses me llevaron a Francia y soy francés. Es importante para mí recuperar esas raíces: Esta es mi historia, no lo que he aprendido en la escuela de Francia.

M: Una de las cosas que más impresionan es que Bielsa es la Gernika de Aragón; lo que se hace con Bielsa es exactamente lo mismo que se hace con Gernika. Es verdad que ésta era mucho mayor, una ciudad industrial. Pero, es impresionante el olvido que se ha conseguido, un olvido no aleatorio, un olvido que alguien lo impone. Sobre el tema de Bielsa, la gente en Sobrarbe no recuerda, no saben…

J: No, no saben, y como dices, no es aleatorio. Hubo una voluntad durante más de 40 años de ocultar estos hechos, de transformar la historia, de contar otra historia. Yo tenía un primo de mi edad que me contaba que en la escuela le enseñaban una historia y en su casa, su padre, le contaba otra que no era la misma. Se ocultaron los hechos. Cuando llegó la democracia (pero no enseguida, aún tardó bastante) es cuando se pudo recuperar esta historia colectiva de Bielsa y se pudo crear este museo de Bielsa que está muy bien hecho. Y, a partir de aquí, esta historia ha vuelto a la luz pero, como decía antes, desgraciadamente parece que la vamos olvidando y por eso creo que es importante que no sólo esté en el museo, que también esté en exposiciones como ésta y que pueda viajar. Yo la llevé a Saint Lary Soulan en Francia, que es donde acogieron a todos los refugiados. Ahora está aquí en Bielsa. En mejor sitio no puede ser: en casa Lárraga, que fue la última que se reconstruyó en Bielsa. Después irá a Ascaso y estoy dispuesto a llevarla a donde sea para que la gente pueda ver lo que pasó, recordarlo y no olvidarlo.


M: Llama muchísimo la atención esa portada de una revista italiana presumiendo de lo bien que bombardeaban los aviones italianos. Sobre todo me llama la atención porque hoy Italia va por un camino que ni a ti ni a mi nos gusta.

J: No solo Italia, desgraciadamente, pero el mundo ha evolucionado mucho en el siglo pasado y ahora en el principio de este siglo. Franco, que era un sublevado (yo nunca digo las tropas nacionales, fue un golpe de estado) no podía con estos milicianos que defendían aquí la Bolsa de Bielsa y tuvo que llamar y pedir ayuda a Mussolini y a Hitler que vinieron a ensayar sus fuerzas para unos cuantos años después hacer la segunda guerra mundial que tanto ha marcado el siglo XX.

Es terrible ver, que después de lo que pasó, estén surgiendo otra vez esas ideas xenófobas y que no admiten que gente extranjera pueda venir, aunque esté sufriendo, aunque lo esté pasando mal. Yo siempre digo: ¡cuidado! Porque nosotros fuimos refugiados, hoy son otros, pero mañana podemos volver a serlo con lo que está pasando.


M: Tú no te acordarás pero, de lo que te han contado, ¿cómo fue la acogida en Saint Lary?

J: Desde hace muchos años que estoy preocupado por este tema. Por eso he querido tratar con mucha gente que ha vivido estos hechos. En 2009 conseguí montar una exposición en Saint Lary y vino mucha gente. Entonces habían muchos más testigos, ya que hoy, muchos han fallecido. Del lado francés había bastante gente aún que se acordaba, habían olvidado, pero la exposición les recordaba todo lo que pasó.

Y, todos, todos, siempre me han dicho que habían estado muy bien acogidos por la población francesa que se organizó, las autoridades francesas se organizaron para recoger a estos refugiados. Habían carteles pidiendo a la gente de traer leche, de traer comida, de traer cosas para los niños… Porque lo que se puede ver en esta exposición es que sólo pasaron niños, mujeres, ancianos y heridos. No pasó ningún hombre valiente, fuerte, claro; estaban requisados para los combates o para hacer trincheras. La acogida fue muy buena, probablemente una de las razones es que de toda la vida había habido muchísima relación entre esa parte de Francia y ésta de España; para la gente de Bielsa era más fácil ir al lado francés que bajar a Aínsa. Por la dificultad del Paso de la Devotas y todo eso. Por entonces, había mucha relación, había gente que se había casado en Francia. Yo, por ejemplo, tenía una hermana de mi abuela que vivía allí y acogió a toda mi familia. Como las condiciones eran complicadas económicamente también para las gentes de Saiont Lary; tuvieron que ir después a un campo de refugiados cercano de aquí, no como otros refugiados, que los llevaron a la otra punta de Francia. La acogida en el 38 cuando la Bolsa de Bielsa fue excelente y muy buena. Se ve en algunas fotos cómo se trata a los refugiados, dándoles de comer, o ropa… Es otra historia lo que pasó en el 39 cuando la retirada, aquello es otro tema.

M: Por fin, en Argeles sur Mer, han abierto un memorial sobre La Retirada. No sé si has estado….

J: No he estado pero estoy en contacto con ellos



M: … está muy bien hecho, incluso siendo un memorial francés, es un memorial crítico. Allí pudieron llegar tranquilamente más de 120.000 personas, y hubo un poco con ese sentimiento de que “nos invaden”, ¿no?

J: Es complicado, sí. Aquí en el 38 pasaron unas seis o siete mil personas. Cuando La Retirada del 39 fueron muchísimas más. Francia no estaba preparada para eso y lo de los campos de retención de los emigrantes fue una verdadera vergüenza. Yo tengo un amigo que marchó de Linas de Broto con cinco años y medio con su madre, su abuelo y una hermana. Pasaron por aquí, por la Bolsa de Bielsa, después de doce días para venir desde Linas, volvieron allá. Y en el 39, cuando les tocó volver a refugiarse, aterrizaron al campo de Argèles sur Mer. Era enero, me dijo, y entonces sólo había arena y alambradas. Todavía no habían hecho los barracones y allí estaba la gente. Eso es, para mí, es una de las caras negras de la historia de Francia.

M: Volviendo a Sobrarbe; cuando acaba la guerra ¿qué pasó en Bielsa?

J: Cuando acaba la guerra, Bielsa está completamente destruida, la gente de Bielsa ha perdido todo. Han perdido el ganado, su medio para sobrevivir. Primero mucha gente está por Francia y no saben si pueden volver o no, cómo encontrarán esto. Mi abuela y mi tío volvieron bastante pronto y encontraron el pueblo destrozado. Tuvieron que venir no por el puerto, tuvieron que dar la vuelta por Irún. Tardaron tres o cuatro días, abandonados por las estaciones de tres de Huesca, sin comer. Llegaron aquí por la noche y mi abuela dijo “pero ahora, ¿dónde vamos a dormir?" En Bielsa quedaban solo dos casas que no se destruyeron. Fueron a dormir a una de ellas. Toda la gente que había vuelto estaban en esa casa, no había sitio, estaban allí tumbados en las escaleras y allí durmieron. Y tuvieron que volver a empezar todo de nuevo. Cuando, conforme iba llegando la gente, llegó aquí el organismo de Regiones Devastadas, pero solo reconstruyeron dos o tres casas: Todos los demás tuvieron que buscarse la vida y volver a levantar sus casas. Mis abuelos justo antes de la guerra acababan de reconstruir la casa y después de la guerra, otra vez. Tuvieron que ir a hacer la madera, tuvieron que hacer hornos para hacer la cal. Tuvieron que rehacer todo con una escasez tremenda, no tenían para comer. Mi tío (que tenía doce o trece años) me cuenta que, como aquí había bastantes soldados, iba a buscar un puchero de sopa y, excepcionalmente, le daban un trocito de pan. Fue terrible.

M. Ahora nos queda construir el futuro, ¿tú como lo ves?

J: Pues soy muy pesimista y, al mismo tiempo, optimista. Pesimista porque estamos viendo cosas desgraciadamente, en Francia mismo, en los países del Este, en Italia,, estamos viendo cosas que nos recuerdan horas negras de nuestra historia común. Pero al mismo tiempo, hoy hay mucho movimiento de la juventud, que se mueven mucho de un país a otro, se crean amistades, hay programas Erasmus, intercambios… Eso creo que es la salvación que permitirá que esas cosas no vuelvan a pasar.


M. El ser humano es hijo de la inmigración. Desde que somos humanos nos hemos dedicado a hacer casi siempre las mismas rutas buscando prosperidad y seguridad.

Pero no hay que centrarse en nosotros mismo, cerrarnos, no aceptar a los otros. Hay que abrirse, hay que tener en cuenta que somos todos una misma comunidad y que no hay mas remedio que vivir todos juntos. Porque esto va a ir a más, va a ir a más por problemas políticos, religiosos y climáticos. Cada vez habrá más refugiados. Y nosotros no podemos estar aquí hartos y tranquilos, mientras hay gente que lo pasa mal, que está sufriendo o que se está muriendo. Esto no puede ser.

Pero yo tengo confianza y por eso se hace todo esto, para recordar y evitar que vuelva a producirse.

M. Bueno, pues nos vemos en Ascaso, te va a gustar aquello. Muchas gracias José

J: Sí, me hace mucha ilusión estar allí con vosotros. Muchas gracias a vosotros.


EXPOSICIÓN FOTOGRÁFICA
SOBRARBENSxS REFUGIADxS
Calle Única de Ascaso.
DEL 28 DE AGOSTO AL 1 DE SEPTIEMBRE DE 2018
HORARIO: DE 18:00 A 21:00 horas.
ORGANIZA: ASOCIACIÓN DE VECINxS Y AMIGxS DE ASCASO “LOS RELOJES”

Entrada libre



jueves, 9 de agosto de 2018

Entrevista a Agnès Varda y JR, directores del documental "Visages Villages"

Entrevista realizada por © Olivier Père para la cadena de televisión Arte France. 

La extraordinaria cineasta francesa Agnès Varda, cuyo particular ojo cinematográfico se ha granjeado la admiración de cinéfilos entusiastas en todo el globo desde la década de 1950, y el icónico muralista y fotógrafo JR, cuyos seguidores en Instagram son legión, tienen más en común de lo que pueda imaginarse. Ambos comparten la pasión de toda una vida por las imágenes y cómo se crean, se exhiben y se comparten. Agnès opta por explorar su pasión por medio del cine y el documental; JR a través de sus instalaciones al aire libre emocionalmente cautivadoras.

Cuando JR, admirador desde hace mucho de la veterana cineasta francesa, fue a ver a Agnès a su domicilio de la Calle Daguerre, ambos supieron al instante que querían trabajar juntos. "Caras y lugares" nos desgrana el emotivo viaje de ambos a través de la Francia rural y de la tierna amistad sin par que ambos forjaron a lo largo del camino.

El 31 de enero de 2017, Olivier Père ( director de la unidad de cine para la cadena de televisión ARTE FRANCE), mantuvo una interesante c onversación con la cineasta Agnès Varda y el artista JR, los cuales hablaron en profundidad de todos los entresijos de este documental conjunto, y a continuación pasamos a compartir con vosotros, por cortesía de la distribuidora Sherlock Films.





LEYENDA: OP: Olivier Père - JR: JR - AV: Agnès Varda



OP: ¿Cómo acontece esta película? ¿Por qué quisieron realizar este largo juntos?

JR: Comencemos por el principio.? AV: Mi hija Rosalie creyó que el nuestro sería un encuentro agradable. Nos gustó la idea. JR: Yo di el primer paso. Fui a ver a Agnès a la Calle Daguerre. Fotografié la legendaria fachada de su vivienda, en la que lleva viviendo cien años. Le tomé instantáneas con su gato. AV: Tu madre es la que tiene cien años, no yo. Todavía. Al día siguiente fui a verlo a su estudio. Lo retraté varias veces, y en seguida me di cuenta de que no iba a sacarse las gafas de sol. JR: Nos encontramos al día siguiente y también al siguiente para tomar un té. AV: Sentí inmediatamente que haríamos algo juntos. JR: Primero hablamos de hacer un corto. AV: ...un documental. Parecía claro que tu hábito de enganchar grandes fotografías de gente en las paredes magnificándolos por medio del tamaño, y mi costumbre de escucharlos y de poner en relieve cuanto dicen iba a llevarnos a algo. JR: Y quisimos ponernos en marcha juntos. Ni Agnès ni yo habíamos codirigido un film antes.

OP: ¿Por qué eligieron centrarse principalmente en gente del campo francés?

JR: Agnès quería apartarme de las ciudades. AV: Así es, porque tú eres un auténtico artista urbano. Y a mí me encanta el campo. Rápidamente se nos ocurrió la idea de los pueblos. Allí encontraríamos gente, y eso fue lo que pasó. Salimos pitando en tu increíble furgoneta fotográfica. La furgoneta es la actriz de la película, siempre en escena. JR: He usado esa furgoneta desde hace años en incontables proyectos. AV: Claro, pero éste era nuestro proyecto y embarcamos juntos en él.?Lo mires por donde lo mires, nos divertimos lo nuestro yendo por la Francia rural en esa furgoneta, por aquí y por allá.

OP: ¿Había un plan por lo menos, un itinerario? ¿Cómo desarrollaron una película que esencialmente se basa en el azar, en encuentros, en el descubrimiento?

AV: A veces, uno de nosotros conocía a alguien en un pueblo o tenía algo concreto en mente. Entonces íbamos a comprobarlo. Como siempre pasa en los documentales ?y he hecho muchos?, tienes una idea, pero pronto el azar entra en escena con quien te encuentras o conoces, y de súbito las cosas te llevan a concentrarte en una persona o lugar específicos. A decir verdad, abrazamos el azar, ¡lo incorporamos como ayudante! JR: También involucramos la vida, dado que la película también es la historia de nuestro encuentro. Alcanzamos a conocernos en la carretera por medio del proyecto y de la divertida experiencia de trabajar como tándem. Estoy aprendiendo a comprender a Agnès un poco mejor, lo que ve y cómo lo ve, y también ella está procurando entender mi proceso artístico. Hablamos mucho y probamos ideas. Entonces concebimos el largo. AV: Y ahí es cuando Rosalie tomó las riendas para producirla. JR: Dijiste "¡hagámosla!"



OP: La película es un viaje por Francia pero también por la memoria, tanto personal como colectiva. De trabajadores, granjeros y aldeanos.
JR: Allá donde estemos, podemos decir con bastante rapidez si vamos a establecer contacto. AV:Algo que me gusta de ti es la rapidez con que trabajas. Tan pronto como nos encontramos con alguien, ya estás imaginando qué podemos hacer con él. Por ejemplo, el cartero de Bonnieux, a quien conozco, y que quería que encontraras porque me gustan los carteros. Me gustan las cartas y los sellos. Básicamente, te comunicas por la red, y obtienes 20.000 "me gusta" cada vez que cuelgas una imagen, y ahora te avienes a convertir a este cartero en el héroe del pueblo en gran formato. JR: Tres pisos de altura. AV: Se sentía orgulloso de ser un gigante. De ahí, nos fuimos al departamento de los Alpes de la Alta Provenza. JR: Y alguien nos habló acerca de la fábrica cerca de Château-Arnoux. AV: Conocía al chico del cine local, Jimmy. Presenté Sin techo ni ley allí. Nos enseño la fábrica. JR: Era un tanto peligrosa (de alto nivel según la directiva Seveso). Sentíamos curiosidad y fuimos a comprobarla. Conocimos a gente y tuvimos algunas ideas. AV:Los lugares industriales son bellos. Y la gente que trabaja allí tiene buen corazón. JR: Nos siguieron la corriente para una foto de grupo. Suponía que estaba enseñándote algunos de los otros lugares, pero resultó que ya habías estado en ellos años atrás. Me inspiraban fotografías que tomaste hace tiempo. Los collages de la película son el fruto de nuestra colaboración. AV: A menudo, lo que enganchas son mis fotografías. JR: Es cierto. AV: Como el gran chivo con cuernos. Hice esa foto mientras estábamos buscando localizaciones. JR: Invertimos mucho tiempo con Patricia, la mujer que dejaba los cuernos en sus chivos en lugar de quemarlos al nacer como hace todo el mundo. AV: La gente se lo toma muy en serio cuando se trata de su trabajo y de sus palabras. Aquella mujer se apasionaba mucho al hablar sobre chivos y sus cuernos; su convicción era impresionante. JR: Y también en el norte escuchamos algunas cosas muy poderosas. AV: Las minas han desaparecido por completo, pero encontramos a una mujer, Jeannine, que era la última habitante de toda una hilera de casas mineras. Nos habló de su padre, que fue minero, y los antiguos mineros compartían algunas bellas historias sobre un mundo del que conocemos poco. Se hacía interesante escucharles con tanto fervor. Jeannine nos emocionó. JR: Ahondas profundamente en tus entrevistas a la gente. Me cautivaba verte conducir esas conversaciones. AV: Hablaste con ellos mucho. JR: Por supuesto. Siempre me ha gustado hacer esto en mis proyectos, igual que he visto siempre que tu haces lo mismo en tus películas con tu propio enfoque personal tan amable y delicado... y también feminista. AV: Ah, efectivamente ¡soy feminista!

OP: Las mujeres están muy presentes en la película. Ustedes muestran su importancia en el contexto agrícola y en la clase trabajadora.

AV: Si, JR y yo misma coincidimos en que es importante y tiene sentido darles la palabra a las mujeres. JR: Era la idea de Agnès. Cuando le mostré todas las fotografías de los estibadores de Le Havre, dijo: '¿Dónde están las mujeres?' Así que llamé de nuevo a los estibadores y les pregunté: '¿Podrían venir al puerto sus mujeres?' Me respondieron: 'Mire, nunca lo hacen; pero quizá ésta es la ocasión'. Fue bastante alucinante hacer que ellas descubrieran el puerto a través de este proyecto. AV: Tres mujeres interesantes con algo que decir, fue maravilloso. Me complació verlas en el foco, 'por una vez', como dijo una de ellas. Los estibadores contribuyeron colocando contenedores enormes a nuestra disposición. Los usamos como legos con que construir torres, bastir tótems. Hay que verlo, las palabras no hacen justicia. ¡Qué aventura! JR:También deberíamos mencionar que los estibadores se hallaban en una de sus mayores huelgas. Todavía me sorprende que hicieran arte en tal lugar de honor a pesar de cuanto ocurría. AV: Es la idea de que el arte es para todos. Los estibadores acordaron ayudarnos porque les encantaba participar en un proyecto artístico. JR: Uno de los trabajadores de la fábrica dijo: '¡El arte se hizo para sorprendernos!' Los importunamos, pero nos aceptaron. En Francia y alrededor del mundo estaban pasando cosas muy serias y complejas, pero nos manteníamos comprometidos con nuestro proyecto y la gente que encontramos lo entendieron. AV: Un proyecto modesto en medio de un caos generalizado.

OP: Y, de hecho, su película resulta reconfortante.

AV: También les agradó nuestra alegría y el modo en que Agnès bromeaba conmigo.?Nos disponíamos a ser nosotros mismos y a involucrarles en nuestro proyecto.





OP: Ustedes desarrollan unas relaciones poderosas con la gente que se encuentran.?También recuerdan a los difuntos y les rinden homenaje a lo largo de sus viajes: Nathalie Sarraute, Guy Bourdin, Cartier-Bresson.

AV: Sí, los conocía. Evocarlos significa traerlos al presente. El resultado es que es presente.?Pasé por casa de Nathalie Sarraute por azar, y me hizo feliz, pero estábamos interesados en el granjero local calle abajo que labra unos 9 km2 de su propiedad. JR: Otro lugar en el que rodamos fue un pueblo abandonado. El sitio tenía un pasado, y teníamos nuestra furgoneta fotográfica. Hicimos una fiesta con los lugareños. Tiene un nombre peculiar: Pirou-Plage. AV: Y aquella noche hubo cientos de rostros en las paredes. Nos fuimos al día siguiente. Más tarde supimos que se demolió el pueblo. Todo cambia. JR: No trabajamos estructuradamente; nuestros días son concretos. AV: Eso es lo que me encanta de los documentales. Inviertes unos días con la gente, entablas amistad, entonces pierdes el contacto, igual que tu los muestras con grandes imágenes efímeras que desaparecerán de las paredes.?Sabemos que esos momentos son mágicos. El momento de conocer a la gente, el momento de filmarlos, pegarlos y ¡voilà! Me encanta, de verdad. JR: Los momentos no duran, pero permanecen grabados.

OP: ¿Cómo era el rodaje?
AV: Hacíamos uno o dos viajes y parábamos, pues ya no tengo la fuerza para rodar ocho semanas seguidas, de pie en los campos. Rodábamos de dos a cuatro días por mes. JR: Creo que eso fue bien. Nos permitía sopesar cosas, reflexionar y ver hacia dónde íbamos. Comenzamos el montaje.?Hablábamos durante horas para saber adónde ir y cómo. Me he granjeado un costado más 'improvisador'. "Probemos y veamos si funciona".?Agnès, por otro lado, pensaba la secuencia entera y unos pocos planos concretos. Eso reforzó la dinámica de nuestra codirección. AV: Hay un salto de varias generaciones entre nosotros. De hecho, no pensamos en absoluto en eso, por más que tú subas las escaleras ¡más rápidamente que yo! Éramos modelos para el otro. Así lo sentía porque al filmar el modo en que trabajas, cómo subes los andamios, logramos también un retrato tuyo y de tu trabajo. Y a ti también te interesaban mis ojos vacilantes. JR: Así es; tratamos de mostrar lo que les ocurre a tus ojos. Quería ver por ti, mejor que tú, que ves borroso... particularmente de lejos. Fotografié de muy cerca tus ojos, y los mostré desde lejos. ¡Y también los dedos de tus pies! AV: Oh sí, los dedos de los pies. Tus ideas me divertían. Siempre bromeabas; pero también está el modo en que inventabas imágenes de nuestra amistad. Es verdad, compartíamos el deseo de explorar lugares y rostros. JR: Me gusta hablar de algo que parece importante. Todo aquél que encontramos, nos enseña algo. Y viceversa. AV: Cuando le hablamos al mecánico sobre los chivos sin cuernos, dijo: '¡Oh, qué extraño! He aprendido algo nuevo. Lo comentaré a la gente." JR: De una persona a otra, de una idea a la siguiente. De hecho, la película es un collage.

OP: Todo el film es un collage. Con JR pegando fotos gigantes en los muros, y Agnès realizando un collage cinematográfico, con rimas y acertijos visuales.

AV: Me gusta la idea de que el proceso de montaje es como una composición, un collage con juegos de palabras e imágenes que arraigan, así no tenemos que decir "capítulo 1, capítulo 2". A veces visualizaba la composición como una serie de palabras que riman (en francés), como caras (visages), pueblos (villages), collages, compartir (partage)...

OP: Y orillas (rivages). Háblenos sobre el fortín, ese búnker en la playa.

JR: A menudo voy a Normandía para ir en motocicleta por la playa; y descubrí un lugar en el que un fortín alemán de cuando la guerra había caído acantilado abajo y había quedado clavado tal cual en medio de la playa. Se lo dije a Agnès, pero no mostró gran interés. Y un día le dije el nombre del pueblo y hubo un click. Me dijo: 'Un momento, conozco Saint- Aubin-Sur-Mer, fui allí con Guy Bourdin en los años cincuenta. La llevé allí, y ella me llevó a la casa cercana de Guy Bourdin. Me mostró las fotos que tomó de él entonces. Anduvimos juntos por la playa y dijo: '¿Por qué no ponerlo aquí?' El enganchado fue extenuante porque teníamos que ser rápidos. El fortín es enorme y la marea estaba viniendo. AV: Tomé esa foto de Guy Bourdin sentado con las piernas estiradas, pero tu idea era pegarlo recostado, y convertir el búnker de guerra en una cuna que arrulla a un joven. Me conmoví mucho por cómo se transformó el significado de la foto, y por lo que brevemente devino. Entonces, vino la marea y se lo llevó todo.

OP: La experiencia de esa foto en concreto al final de esa secuencia en particular me alcanza como la ilustración perfecta de su proyecto: el modo en que tuvo lugar, cómo se desarrolló y cómo desapareció.
JR: La película comunica eso, junto con nuestra amistad que creció a lo largo de esas experiencias. Lo que estaba pasándote en los ojos hizo mella en mí. Me alteró, y también se convirtió en el tema de la película. AV: Eso es ir un tanto lejos, pero es cierto que "los ojos y la mirada" son importantes en tu trabajo y en la película. Ves con claridad, lo que ayuda a mis ojos vacilantes y, paradójicamente, tus ojos siempre se ocultan tras gafas de sol. Nos sorprendemos mutuamente. JR: Espero de verdad que sorprendamos al público con nuestra relación y con las sorprendentes historias personales que hemos recopilado. Jamás olvidaré algunas de las cosas que dijo la gente.

OP: El final de la película me sorprendió.

AV: Es una sorpresa que experimentamos, una que no deseo comentar. JR: Una vez en el tren, no sabía adónde me llevaba Agnès. Ése era el juego. Entonces, dejamos de jugar y todo se hizo real, una aventura. Y miramos al lago Leman...? AV: ... con sus aguas apacibles (es cierto), y ahí es donde dejamos la película.


LA PELÍCULA "VISAGES ET VILLAGES (CARAS Y LUEGARES) SE PROYECTARÁ EN LA MUESTRA DE CINE DE ASCASO EL SÁBADO 1 DE SEPTIEMBRE A LAS 21:15 h. Puedes comprar aquí tus entradas online.

Pressbook e imágenes cortesía de © Sherlock Films

martes, 19 de junio de 2018

Ángel Gonzalvo, premio Ascaso 2018

Como cada año, los socios y socias de la Asociación "Los Relojes" hemos otorgado el Premio Ascaso 2018. Se trata de un reconocimiento a aquellas personas, instituciones y/o empresas que la asociación que organiza “la muestra de cine más pequeña del mundo” considera que más han contribuido a acercar el cine, en especial el cine independiente y de autor, al medio rural. El galardón, sin dotación económica, es un reconocimiento a la trayectoria personal con una escultura que cada año crea y dona el artista de L'Ainsa, Jesús Sanz.

El sistema de elección es muy participativo: cualquier persona ha podido proponer una candidatura, a través de un formulario de internet disponible en la web de la asociación. Con las propuestas recibidas antes del 31 de mayo, los-as miembros de la Asociación “Los Relojes” han decidido, por unanimidad, el premio de este año.

Ángel Gonzalvo Vallespí, es un profesor del IES Pirámide de Huesca que, en 1999 inició el proyecto "Un Día de Cine". Hoy participan en el programa más de 100 institutos de secundaria de todo Aragón. Se trata de una iniciativa, asumida ya por la Consejería de Educación, que busca desarrollar la competencia cultural y artística, la competencia lingüística y la alfabetización audiovisual para enseñar a disfrutar del cine como parte de la cultura, como acto social y de un modo informado al alumnado del tercer ciclo de Primaria, Secundaria, Bachiller y Ciclos Formativos, así como a su profesorado y familias.

En el cine, como en la vida, es importante mirar más allá; por eso intentan formar un público que interactúe, no solo con la pantalla, sino también con la mirada de quienes están detrás. Para ello, utilizan el modelo clásico de cine fórum, con trabajo previo y posterior a la proyección, con una guía y montajes de vídeo para analizar las películas. Con este premio, la asociación de Ascaso quiere reconocer tanto el programa educativo como la valentía personal de aquellos profesores que con sus apuestas pedagógicas, contribuyen a conseguir una mayor calidad y sentido a la educación pública.

En años pasados el premio recayó en el Programa "El Séptimo Vicio", de Radio Nacional / Radio 3 (2013); en 2014 en los festivales de cine de Cans (Galicia) y El Ocejón (Castilla La Mancha); en 2015 fue concedido a la activista valenciana Tesa Giner; en 2016 al Festival Internacional de Cine de Arica-Nativa (Chile) y, el año pasado, al Grupo de Mujeres de Sobrarbe por la organización de la Muestra de Cine Realizado por Mujeres, en Boltaña. El premio se entregará la tarde del sábado 1 de septiembre, en la fiesta de clausura de la séptima Edición de la Muestra de Cine más Pequeña del Mundo, en la plaza de Ascaso.

Os adjuntamos un artículo de Tamara Moya en la revista Fotogramas en 2016.

Un día de cine. Alfabetización audiovisual y crecimiento personal' es impulsado desde 1999 por el Departamento de Educación de Aragón. 
 
Ángel Gonzalvo: "Criaturas de 14 años me dicen que es la primera vez que van al cine"

La pantalla se convierte en pizarra para miles de estudiantes cada curso. El creador de esta iniciativa de alfabetización audiovisual pionera en España, nos explica cómo consigue que los adolescentes desarrollen un gusto por "las películas lentas" y eliminen sus prejuicios sobre el cine español.



"Aunque hoy hemos cambiado de aula y de profesor, seguimos en clase, así que abrimos nuestros cuadernos". Con esta declaración de intenciones comienza una jornada habitual de 'Un Día de Cine. Alfabetización audiovisual y crecimiento personal' en la sede de la Filmoteca de Zaragoza, con el entusiasmo de unos y los bostezos de otros, en un día en el que los estudiantes de Educación Primaria y Secundaria sustituyen la pizarra por una pantalla de cine. Todo parece indicar que esto no será tan divertido como esperaban... ¿Pero no íbamos a ver una película? ¿Por qué demonios tenemos que sacar el bolígrafo? Las palabras de Ángel Gonzalvo, profesor de Historia que desde hace casi dos décadas combina la lección de los Reyes Católicos con el análisis de Ken Loach o Vittorio De Sica, frustran las perspectivas de muchos de estos chicos y chicas que nunca habían visto una película con un cuaderno delante. El tema subyacente que tratarán en la sesión de hoy es la violencia, pero en esta ocasión dejarán a un lado el libro de texto y lo sustituirán por 'La guerra de los botones' (1962). ¿Una película en blanco y negro? ¿Tan antigua? ¡Vaya! Muchos que pensaban que podrían ver el último estreno de la cartelera antes que sus amigos...

Pero, poco a poco, los rostros de decepción van tornando en expresiones de curiosidad al descubrir que los ejercicios del cuaderno que tienen entre manos no tratan de poner a prueba su memoria, de hecho, hay palabras de las que nunca habían oído hablar. ¿Qué será un plano subjetivo? ¿Y una música extradiegética? Pronto descubrirán que no se trata de cosas tan extrañas, sino que llevan expuestos ante ambos fenómenos toda su vida, e incluso los utilizan en los vídeos que suben a Youtube, pero nadie les había hecho pensar en ello hasta ahora. ¿De verdad hay que estar atento a tantas cosas? ¡Si solo es una película!

A mitad de la proyección, ya nadie parece sorprenderse por la rapidez de los subtítulos, la falta de color o la duración de los planos, demasiado lentos para unos ojos entrenados en la cultura del fragmento. Por el contrario, en el debate postvisionado son capaces de analizar las secuencias y de ponerse en la piel de Leblac, un niño cuyo conflicto fue escrito hace más de cien años pero que muchos han vivido de manera similar.

"La alfabetización audiovisual es hoy tan importante como lo fue en el siglo XIX la lectoescritura", advierte a FOTOGRAMAS Ángel Gonzalvo, desde su posición como coordinador de uno de los programas de educación fílmica pioneros en España. Premio Nacional de Alfabetización Audiovisual del ICAA en 2013, 'Un día de cine' lleva desde el año 1999 tratando de acercar el cine a la educación, pero siempre defendiendo la importancia de que los chicos y chicas consuman las películas en su espacio natural, la sala de cine. Es por ello que durante la celebración de la 44 edición del Festival Internacional de Cine de Huesca, cerca de 1000 niños de diferentes centros escolares visitan por primera vez el festival de su región, ¡e incluso hay algunos que pisan por primera vez una sala de cine! A falta de un programa estatal de alfabetización audiovisual, Ángel nos explica cómo ha logrado suplir esta parcela educativa en Aragón, confiesa los retos que debe afrontar su propuesta en la actualidad y cómo ha conseguido que sus alumnos vean sin prejuicios películas "lentas" y españolas durante estos 17 años.


-El programa que coordina se llama 'Un día de cine. Alfabetización audiovisual y crecimiento personal'. ¿Podría explicarnos qué significan para usted esos dos conceptos?
-Nos parecía que era el subtítulo indicado para resumir lo que hacemos. En el contexto educativo en el que el programa se mueve nos parecía fundamental no solo apreciar las películas en sí mismas como el lenguaje propio que es el cine, sino que también llevase unos valores y una transversalidad, para ayudar a crecer como personas al alumnado que participa en el programa.

-Un día de cine nace en el IES Pirámide de Huesca en 1999, instituto en el que aún continúa trabajando. ¿Por qué sintió la necesidad de impulsarlo en aquel momento?

-El director pensó en el programa para rentabilizar las instalaciones que tenía, en concreto un salón de actos con 500 butacas y un proyector de 35 mm. oxidado pero que funcionaba, y a partir de ahí comenzó una experiencia que luego fue a más. Yo era por entonces casi un recién llegado y por vocación personal previa en el mundo del cine (había trabajado escribiendo guiones y haciendo ficción y documental), se juntaron los dos intereses.

-¿Cómo consiguió el beneplácito del gobierno autonómico para que lo apoyara?
-La verdad es que fue todo rodado. En ese primer año hicimos solo unas diez o doce proyecciones en la provincia de Huesca y tuvo una gran acogida por parte de los centros y el profesorado. Al año siguiente el departamento de Educación del Gobierno de Aragón estimó que había que hacer una oferta más amplia a toda la Comunidad Autónoma. De ahí al momento en que estamos ahora se cumplen ya 17 ediciones y hemos pasado de una decena de sesiones del curso inicial a 104 en este curso que termina.



-'Un día de cine' fue rápidamente acogido por el Departamento de Educación del Gobierno de Aragón, ¿por qué cree que no existe un plan estatal de Alfabetización audiovisual, como sí sucede en otros países?
-También me lo pregunto yo... Por un lado, se echan de menos mayores atribuciones por parte del Ministerio de Educación, lo que dificulta bastante la situación, ya que cada consejería de cada departamento de cada comunidad autónoma tiene sus propias líneas. Por otra parte, el sistema educativo requiere una reforma mucho más profunda que las que se han hecho desde los años ochenta, más seria, para el siglo XXI. Hace poco un maestro me dijo que no dejaba llevar el móvil a la escuela, y a mí eso me parece un error, ya que se trata de un instrumento más. Lo que no se puede hacer es seguir dando clase en el siglo XXI como se daba hace más de cien años. Las sociedades son dinámicas, y deberíamos adecuarnos a la época que estamos viviendo lo más rápidamente posible.

-Además de historiador, usted se ha formado en Estética de la Cinematografía y también ha realizado sus propias producciones, ¿cree que se puede hacer pedagogía de la mirada sin tener formación específica en audiovisual?
-Es muy difícil hacer pedagogía de una disciplina sin una formación específica. A veces esto se aprecia en el uso de las películas en clase. En ocasiones pecamos de que vean lo que a nosotros nos gustó en la época en que vivíamos. Pero hay que tener distancia. Ellos siempre tienen 12, 13, 14… pero tú no. Entonces, yo creo que es importante tener una formación para poder transmitir esos conocimientos, tenemos que ser mediadores, jamás imponer nuestro gusto, aunque sí hacerles ver que existen otras películas, no solamente las que ellos ven, que finalmente son las que imponen las majors.

-Precisamente, las películas que se trabajan en 'Un día de cine' no suelen ser las que los adolescentes consumen en los cines comerciales. ¿Qué criterios utiliza para seleccionarlas?

-Te voy a contar una anécdota. Al principio de curso me encontré con unos chicos que estaban comentando qué película iban a ver en 'Un día de cine'. Uno contestó 'Spiderman', y el otro, antes de que yo pudiera hacerlo, dijo: “no, tendremos que ver una película educativa”. Entonces yo me quedé pensando qué sería una película educativa a su entender. Lo que tengo claro es que tienen que ser películas que si no descubriesen aquí, nunca verían, y que luego juzguen y elijan. Me interesa trabajar cine español para luchar contra el tópico de que el cine español es malo. Esto se puede decir cuando uno ha visto mucho, pero si no, no lo puede saber. En una ocasión, un chaval que participó en el programa durante dos años llegó a la conclusión de que en el cine español hay de todo, "buenas y malas", pero la diferencia es que ahora va a ver las películas. Me interesan también otras cinematografías porque el cine es un lenguaje y nos enseña otras maneras de ver. Al final de la sesión siempre me dicen: "no es de las que suelo ver, pero me ha gustado".
 -¿Qué contesta a sus alumnos cuando les escucha decir que la película es "lenta" o "vieja"?

-Es verdad, por lo general siempre son lentas. Hay veces que antes de la sesión te curas en salud, les remarco que es una película muy lenta, que está fotografiada en blanco y negro, que hay efectos especiales pero no se van a enterar porque no son espectaculares, y que no piensen que va a haber muchas peleas y tiros. Y cuando les asustas tanto, luego no les parecen tan antiguas. Viendo 'Ladrón de bicicletas' (1948) me decían que aquello era muy raro, porque "era un drama pero no gritaban". Es muy gratificante ver cómo utilizan las herramientas que trabajamos en cada sesión.

-'Un día de cine' participa en el Festival Internacional de Cine de Huesca, ¿cómo cree que encuentros de este tipo pueden contribuir a una formación comunitaria que vaya más allá de la Escuela?

-Yo creo que todos los festivales de cine deberían tener una programación didáctica, unas sesiones para escolares y estudiantes. Los hay que ya las tienen. Me parece fundamental que conozcan el festival de su comunidad, que aprecien lo que es un encuentro de este tipo, entiendan el cine como un acto comunitario y que lo vean como se tiene que ver, con puntualidad... Muchas veces pensamos que no echan de menos este tipo de consumo, ¡pero cómo lo van a hacer si no lo conocen!

-¿Cómo romper esa división entre un cine de arte y un cine mainstream?

-Conociendo los dos y siendo capaces de analizar ambos. Luego ya interviene el gusto personal y una cosa no excluye a la otra, y ambas son útiles. Cuando daba clases de Historia utilizaba 'Rocky' (1976) para hablar de la Guerra Fría. Yo creo que habría que intentar que vean películas diferentes a las que suelen ver, por eso la colaboración con festivales y filmotecas es fundamental. 


-Después de 17 años de historia, ¿cree que el modelo de 'Un día de cine' continúa vigente?

-A mí sí me lo parece, de hecho, en esta edición hemos tenido más peticiones que en la anterior, y eso me hace pensar que tiene sentido que lo hagamos. Te encuentras con criaturas que con trece o catorce años te dicen que es la primera vez que van al cine (lo que no quita que hayan visto muchas películas), y a mí simplemente el hecho de que acudan a la pantalla grande, al acto social que supone ir con otras personas que no conoces para ver lo mismo, me resulta interesante.

-¿Qué nuevos enfoques cree necesarios incorporar en plena era digital en la que nos encontramos?

-Podemos mejorar en muchos aspectos, por ejemplo, sería interesante que los creadores de las películas pudieran acudir con más asiduidad, ya que esto lo hacemos solo una o dos veces al año por cuestiones de presupuesto. Por otro lado, si pudiéramos hacer más sesiones, podríamos hacerlo con menos gente, porque en el cineforum muchas veces los adolescentes se cortan al hablar. También pretendemos introducir Twitter, Instagram y otros canales en el próximo curso, queremos experimentar para continuar las sesiones a través de las redes sociales.


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