martes, 14 de agosto de 2018

Entrevista a José Buil, hijo de refugiados y promotor de la exposición sobre la Bolsa de Bielsa.

Bielsa es el municipio más al norte de Sobrarbe. En 1938, hace justo 80 años, fue escenario de una resistencia numantina frente a los militares fascistas sublevados en España. Por ello, fue duramente castigada. Pero sobre aquellos hechos, denominados popularmente "la Bolsa de Bielsa", y la posterior huida de la población a Francia en busca de refugio, se intentó extender una manta de olvido.

Mientras tuvo lugar la resistencia republicana en Bielsa, las fuerzas sublevadas lanzaron numerosos ataques aéreos. El 12 de mayo de 1938 varios cazas italianos bombardearon Bielsa. El 31 de mayo tiene lugar un nuevo ataque, esta vez llevado a cabo por bombarderos ligeros alemanes que arrasan Bielsa y Pineta. El 7 de junio, de nuevo, siete bombarderos italianos bombardearon Bielsa y Plan, mientras que los Junkers alemanes se ceban con Parzán. Una semana después, el día 15, nueve Heinkel bombardean con bombas incendiarias las localidades de Bielsa y Parzán. Bielsa se convirtió en "la Gernika de Aragón".

Ante tal masacre, la población civil huye por el puerto viejo de Bielsa buscando refugio en Francia. Entre 6.000 y 7.000 mujeres, ancianos, niños y enfermos, atraviesan a pie la muga aún nevada para ser acogidos en Saint Lary en lo que fue el primer movimiento de refugiados españoles que, el año siguiente llegaría al medio millón de desplazados. Este episodio, que sucedió exactamente hace 80 años, nos cuenta el momento en que los españoles buscamos refugio como hoy lo hacen millares de otras gentes que también huyen de guerras y penurias.

Miguel Cordero, codirector de la Muestra de Cine de Ascaso, habla con José Buil, cuya madre y tíos atravesaron en plena adolescencia el puerto viejo camino de Saint Lary. José, ciudadano francés, ha trabajado a lo largo de estos años en la recopilación de fotografías y testimonios de lo que fue la heroica Bolsa de Bielsa y la búsqueda de refugio en los valles franceses por la población refugiada de Sobrarbe.


La exposición "Sobrabenses refugiadxs" estará colocada en la Calle Única de Ascaso durante los días 28 de agosto al 1 de septiembre en que se celebra la séptima edición de la Muestra de Cine más Pequeña del mundo.

M: Buenos días José. Cuéntanos ¿por qué esta exposición?

J: Esta exposición se crea por dos motivos. Uno, yo diría de orden general, porque viendo lo que está pasando hoy por el mundo, me parece importante en el 80 aniversario de la Bolsa de Bielsa, de lo que pasó, aquí, en nuestro pueblo, me parece importante recordar esos acontecimientos. Porque desgraciadamente creo que se olvidan, ese es el motivo yo diría de orden general. Y el motivo particular es porque esos hechos afectaron particularmente a mi familia, a mi madre, que tiene hoy 98 años, a mis tíos, a toda mi familia, que tuvieron que marchar a Francia. Después, cuando lograron volver a España, tuvieron que volver a emigrar, ese es otro de los efectos de esa guerra. Por eso, a mí, con 20 meses me llevaron a Francia y soy francés. Es importante para mí recuperar esas raíces: Esta es mi historia, no lo que he aprendido en la escuela de Francia.

M: Una de las cosas que más impresionan es que Bielsa es la Gernika de Aragón; lo que se hace con Bielsa es exactamente lo mismo que se hace con Gernika. Es verdad que ésta era mucho mayor, una ciudad industrial. Pero, es impresionante el olvido que se ha conseguido, un olvido no aleatorio, un olvido que alguien lo impone. Sobre el tema de Bielsa, la gente en Sobrarbe no recuerda, no saben…

J: No, no saben, y como dices, no es aleatorio. Hubo una voluntad durante más de 40 años de ocultar estos hechos, de transformar la historia, de contar otra historia. Yo tenía un primo de mi edad que me contaba que en la escuela le enseñaban una historia y en su casa, su padre, le contaba otra que no era la misma. Se ocultaron los hechos. Cuando llegó la democracia (pero no enseguida, aún tardó bastante) es cuando se pudo recuperar esta historia colectiva de Bielsa y se pudo crear este museo de Bielsa que está muy bien hecho. Y, a partir de aquí, esta historia ha vuelto a la luz pero, como decía antes, desgraciadamente parece que la vamos olvidando y por eso creo que es importante que no sólo esté en el museo, que también esté en exposiciones como ésta y que pueda viajar. Yo la llevé a Saint Lary Soulan en Francia, que es donde acogieron a todos los refugiados. Ahora está aquí en Bielsa. En mejor sitio no puede ser: en casa Lárraga, que fue la última que se reconstruyó en Bielsa. Después irá a Ascaso y estoy dispuesto a llevarla a donde sea para que la gente pueda ver lo que pasó, recordarlo y no olvidarlo.


M: Llama muchísimo la atención esa portada de una revista italiana presumiendo de lo bien que bombardeaban los aviones italianos. Sobre todo me llama la atención porque hoy Italia va por un camino que ni a ti ni a mi nos gusta.

J: No solo Italia, desgraciadamente, pero el mundo ha evolucionado mucho en el siglo pasado y ahora en el principio de este siglo. Franco, que era un sublevado (yo nunca digo las tropas nacionales, fue un golpe de estado) no podía con estos milicianos que defendían aquí la Bolsa de Bielsa y tuvo que llamar y pedir ayuda a Mussolini y a Hitler que vinieron a ensayar sus fuerzas para unos cuantos años después hacer la segunda guerra mundial que tanto ha marcado el siglo XX.

Es terrible ver, que después de lo que pasó, estén surgiendo otra vez esas ideas xenófobas y que no admiten que gente extranjera pueda venir, aunque esté sufriendo, aunque lo esté pasando mal. Yo siempre digo: ¡cuidado! Porque nosotros fuimos refugiados, hoy son otros, pero mañana podemos volver a serlo con lo que está pasando.


M: Tú no te acordarás pero, de lo que te han contado, ¿cómo fue la acogida en Saint Lary?

J: Desde hace muchos años que estoy preocupado por este tema. Por eso he querido tratar con mucha gente que ha vivido estos hechos. En 2009 conseguí montar una exposición en Saint Lary y vino mucha gente. Entonces habían muchos más testigos, ya que hoy, muchos han fallecido. Del lado francés había bastante gente aún que se acordaba, habían olvidado, pero la exposición les recordaba todo lo que pasó.

Y, todos, todos, siempre me han dicho que habían estado muy bien acogidos por la población francesa que se organizó, las autoridades francesas se organizaron para recoger a estos refugiados. Habían carteles pidiendo a la gente de traer leche, de traer comida, de traer cosas para los niños… Porque lo que se puede ver en esta exposición es que sólo pasaron niños, mujeres, ancianos y heridos. No pasó ningún hombre valiente, fuerte, claro; estaban requisados para los combates o para hacer trincheras. La acogida fue muy buena, probablemente una de las razones es que de toda la vida había habido muchísima relación entre esa parte de Francia y ésta de España; para la gente de Bielsa era más fácil ir al lado francés que bajar a Aínsa. Por la dificultad del Paso de la Devotas y todo eso. Por entonces, había mucha relación, había gente que se había casado en Francia. Yo, por ejemplo, tenía una hermana de mi abuela que vivía allí y acogió a toda mi familia. Como las condiciones eran complicadas económicamente también para las gentes de Saiont Lary; tuvieron que ir después a un campo de refugiados cercano de aquí, no como otros refugiados, que los llevaron a la otra punta de Francia. La acogida en el 38 cuando la Bolsa de Bielsa fue excelente y muy buena. Se ve en algunas fotos cómo se trata a los refugiados, dándoles de comer, o ropa… Es otra historia lo que pasó en el 39 cuando la retirada, aquello es otro tema.

M: Por fin, en Argeles sur Mer, han abierto un memorial sobre La Retirada. No sé si has estado….

J: No he estado pero estoy en contacto con ellos



M: … está muy bien hecho, incluso siendo un memorial francés, es un memorial crítico. Allí pudieron llegar tranquilamente más de 120.000 personas, y hubo un poco con ese sentimiento de que “nos invaden”, ¿no?

J: Es complicado, sí. Aquí en el 38 pasaron unas seis o siete mil personas. Cuando La Retirada del 39 fueron muchísimas más. Francia no estaba preparada para eso y lo de los campos de retención de los emigrantes fue una verdadera vergüenza. Yo tengo un amigo que marchó de Linas de Broto con cinco años y medio con su madre, su abuelo y una hermana. Pasaron por aquí, por la Bolsa de Bielsa, después de doce días para venir desde Linas, volvieron allá. Y en el 39, cuando les tocó volver a refugiarse, aterrizaron al campo de Argèles sur Mer. Era enero, me dijo, y entonces sólo había arena y alambradas. Todavía no habían hecho los barracones y allí estaba la gente. Eso es, para mí, es una de las caras negras de la historia de Francia.

M: Volviendo a Sobrarbe; cuando acaba la guerra ¿qué pasó en Bielsa?

J: Cuando acaba la guerra, Bielsa está completamente destruida, la gente de Bielsa ha perdido todo. Han perdido el ganado, su medio para sobrevivir. Primero mucha gente está por Francia y no saben si pueden volver o no, cómo encontrarán esto. Mi abuela y mi tío volvieron bastante pronto y encontraron el pueblo destrozado. Tuvieron que venir no por el puerto, tuvieron que dar la vuelta por Irún. Tardaron tres o cuatro días, abandonados por las estaciones de tres de Huesca, sin comer. Llegaron aquí por la noche y mi abuela dijo “pero ahora, ¿dónde vamos a dormir?" En Bielsa quedaban solo dos casas que no se destruyeron. Fueron a dormir a una de ellas. Toda la gente que había vuelto estaban en esa casa, no había sitio, estaban allí tumbados en las escaleras y allí durmieron. Y tuvieron que volver a empezar todo de nuevo. Cuando, conforme iba llegando la gente, llegó aquí el organismo de Regiones Devastadas, pero solo reconstruyeron dos o tres casas: Todos los demás tuvieron que buscarse la vida y volver a levantar sus casas. Mis abuelos justo antes de la guerra acababan de reconstruir la casa y después de la guerra, otra vez. Tuvieron que ir a hacer la madera, tuvieron que hacer hornos para hacer la cal. Tuvieron que rehacer todo con una escasez tremenda, no tenían para comer. Mi tío (que tenía doce o trece años) me cuenta que, como aquí había bastantes soldados, iba a buscar un puchero de sopa y, excepcionalmente, le daban un trocito de pan. Fue terrible.

M. Ahora nos queda construir el futuro, ¿tú como lo ves?

J: Pues soy muy pesimista y, al mismo tiempo, optimista. Pesimista porque estamos viendo cosas desgraciadamente, en Francia mismo, en los países del Este, en Italia,, estamos viendo cosas que nos recuerdan horas negras de nuestra historia común. Pero al mismo tiempo, hoy hay mucho movimiento de la juventud, que se mueven mucho de un país a otro, se crean amistades, hay programas Erasmus, intercambios… Eso creo que es la salvación que permitirá que esas cosas no vuelvan a pasar.


M. El ser humano es hijo de la inmigración. Desde que somos humanos nos hemos dedicado a hacer casi siempre las mismas rutas buscando prosperidad y seguridad.

Pero no hay que centrarse en nosotros mismo, cerrarnos, no aceptar a los otros. Hay que abrirse, hay que tener en cuenta que somos todos una misma comunidad y que no hay mas remedio que vivir todos juntos. Porque esto va a ir a más, va a ir a más por problemas políticos, religiosos y climáticos. Cada vez habrá más refugiados. Y nosotros no podemos estar aquí hartos y tranquilos, mientras hay gente que lo pasa mal, que está sufriendo o que se está muriendo. Esto no puede ser.

Pero yo tengo confianza y por eso se hace todo esto, para recordar y evitar que vuelva a producirse.

M. Bueno, pues nos vemos en Ascaso, te va a gustar aquello. Muchas gracias José

J: Sí, me hace mucha ilusión estar allí con vosotros. Muchas gracias a vosotros.


EXPOSICIÓN FOTOGRÁFICA
SOBRARBENSxS REFUGIADxS
Calle Única de Ascaso.
DEL 28 DE AGOSTO AL 1 DE SEPTIEMBRE DE 2018
HORARIO: DE 18:00 A 21:00 horas.
ORGANIZA: ASOCIACIÓN DE VECINxS Y AMIGxS DE ASCASO “LOS RELOJES”

Entrada libre



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