Dirigido con un pulso arrebatador por Martín Rosete, esta es una historia (o varias) sobre el arte de contar historias. Sobre la manera de mostrar al espectador todos los cuentos con los que un día soñaron.
Lejos de ser un panorama idílico, en sólo doce minutos Voice Over genera un nivel de tensión acorde con lo que se nos cuenta. La intriga es cada vez más desasosegante y cuando casi no se puede soportar llegamos a un punto muerto, a una calma casi inaudita.
Lejos de ser un panorama idílico, en sólo doce minutos Voice Over genera un nivel de tensión acorde con lo que se nos cuenta. La intriga es cada vez más desasosegante y cuando casi no se puede soportar llegamos a un punto muerto, a una calma casi inaudita.
Las historias están para vivirlas, para sufrirlas, para contarlas, y el poder de la narración es siempre inmenso.
Jorge Fernández-Mayoralas
No hay comentarios:
Publicar un comentario