Quizás lo mejor que tenga el cine sea su eclecticismo. Mil y una historias, mil y una nacionalidades y variedad de duraciones. No existe una forma ni siquiera similar en que dos cineastas cuenten una historia, al menos en el cine que tiene una autoría singular; ese cine de autor que mueve a esta Muestra y a otros muchos festivales. Y lo que no pensamos nunca es que esos cortos siguen siendo cine. Por ello, deberíamos potenciarlos y exhibirlos en salas comerciales de la manera similar a los largometrajes (de la misma no, porque iríamos mal), habría que mimarlos, quererlos y creer en ellos, sólo así los que no quieran quedarse en el terreno corto podrán dar el temido “salto” al largo.
He recorrido varios festivales de cortometrajes a lo largo de España. Creo que, por ello, Miguel y Néstor me han brindado -de nuevo- la oportunidad de seleccionar cortos para esta tercera muestra de Ascaso. Si el año pasado las historias pecaban de demasiado tristes, este año hay mucha más variedad. De hecho, no todos los cortometrajes son de España, hay películas de Suiza y de Noruega. No todo es ficción, de hecho, predominan las historias documentales en sus diferentes variantes. E incluso una película animada. Para todos los gustos y sensibilidades. Grandes títulos todos y con grandes premios.
Walls, de Miguel López Berraza. 10' España. 2014. Se alzó con el Premio del público ante tres decenas de buenas historias cortas en un festival bien dirigido y mejor programado: Documenta Madrid. Hace escasos meses, en mayo, tuvo lugar la última edición de este certamen que nos permitió conocer a un sinfín de buenos cineastas. Su compromiso y sus sensibles retratos hacen las delicias de crítica, público y de cualquier programador que se precie. Walls enamora desde el primer instante. Y lo hace a través de los muros de cualquier lugar habitable, porque lo que emociona no sólo son los propios muros sino las vidas que aguardan.
Dicen, de Alauda Ruíz de Azúa. 18'. España. 2011. El niño es niño para descubrir, para aprender, para caminar, para equivocarse, para jugar. El niño no es niño para sufrir. Pero, a veces, esos pequeños diablillos pueden hacerte la vida imposible. ¿y todo por ser diferente? Quizás sólo por ser sensible. Esa sensibilidad no es ni bien apreciada y defendida por los adultos, ¿cómo lo va a ser por los niños? Alauda Ruiz de Azúa cuenta esta historia grabada en inglés en una escuela más, lo hace con un pulso narrativo maravilloso y con unos encuadres que recuerdan al cine de Gus Van Sant. Pronto Alauda se pasará al largometraje y ahí sí, sólo por la duración de su metraje, comenzaremos a escuchar su nombre. Por el momento disfrutaremos de un gran corto.
I want to be a pilot, de Diego Quemada Diez. 12'. España. 2006. Cuando vimos que una de las mejores películas estrenadas en cines el año pasado, la menospreciada por la mayor parte de los premios, incluidos los Goya:
La jaula de oro; estaba firmada por el español: Diego Quemada Diez, nos acordamos de este fantástico corto que si que recorrió todo el mundo. Es quizás el cortometraje más duro de este año, pero es necesario, para recordarnos que no podemos truncar la vida de un niño, por nuestras decisiones deshumanizadas. Que no deberían existir ciudadanos de primera, ni de segunda, ni de ninguna división y que los niños deben jugar a ser niños. Debería ser nuestra prioridad.
El día que yo muera, de David Valero. 3'. España. 2010. Una de las estrellas de esta muestra de Ascaso es David Valero quien vendrá el próximo viernes a presentar su largometraje Los increibles. Este cortometraje presentado a algún certamen como el NotodoFilmFest forma parte de este largometraje. En sólo tres minutos la relación entre una anciana madre y su hija en torno a la tumba del padre, en el cementerio. Todo ternura y humor,humor negro,ante eso para lo que casi nadie estamos preparados y que es ley de vida: La muerte.
Skallaman de María Bock. 12' Noruega. 2011. El país invitado en el Lesgaicinemad, festival de cine gay de Madrid fue Noruega. En la Universidad Complutense de Madrid, conocí a su director después de una sesión de fantásticos cortos entre los que se encontraba Skallaman. Lo mejor es dejarse llevar por esta comedia musical grisácea y gélida sobre la homosexualidad con la mejor de las sonrisas y sin complejos. Lo mejor es saber cuanto menos mejor para disfrutar de este cortometraje.
Buenos días, resistencia; de Adrián Orr. 20' España. 2013. Dentro del fantástico catálogo de Madrid en corto del 2013, se encontraba el que posiblemente sea para quien firma estas líneas el mejor cortometraje español de 2013. Adrián Orr nos cuenta el día a día de la educación, del despertar, de los primeros pasos matutinos de cualquier niño, cualquier padre que adora, acompaña y educa a sus hijos. Desde la belleza del tono documental, rozando la rutina.
Avalancha, de Nerea Castro Andreu. 9' España. 2013. De corte experimental y con la presencia del actor Álvaro Cervantes es esta avalancha de emociones y de juegos de lenguaje. Un estudio sobre las relaciones humanas y sobre la fuerza de las palabras, lo que decimos, lo que callamos y lo que realmente llega.
El ruido del mundo. Coke Riobó. 13'. España. 2013. El corto de animación de este año, habla sobre la sociedad, sobre historia, sobre memoria, sobre barbaries y todo desde la música. Lo que hacemos con el mundo, como una sinfonía de instantes, de imágenes, de sueños y de ruidos. Una delicia que consiguió el Premio al mejor corto en otro festival amigo: Cine de Música de Roca.
L'arrivée (La llegada), de Fernand Melgar. 9' Suiza. 2000. Descubrir a un grandísimo cineasta en un festival de cine como Documenta Madrid, que le dediquen la retrospectiva a un director de cine del que sólo habías leído su nombre en alguna sección oficial internacional,es algo inolvidable. Fernando Melgar se ha criado a caballo entre Suiza y España y tiene la doble nacionalidad, aunque su cine lo realiza desde , porque sus padres fueron españoles y emigraron a Suiza. Las condiciones de este país con la inmigración y con temas como la adopción hacen de este fragmento de un largo llamado Los primeros días, uno de los segmentos más sensibles, veraces y directos del cine contemporáneo. Su cine es cine directo, él coge la cámara y graba lo que se encuentra y desde eso monta historias tan bonitas como esta.
Mi papá es director de cine, de Germán Roda. 3'. España. 2012. Encontrar joyas de tres minutos no es demasiado fácil y para eso surgió hace aproximadamente diez años una de las citas más mediáticas y populares de España en el terreno corto: El NotodoFilmFest, que dependiendo de patrocinador cambia de apellido. En estas últimas ediciones se ha llamado: Jameson NotodoFilmFest. En este corto del que es mejor no hablar por su corta duración, está el paradigma de lo que en este momento es la dirección de cine en España. Un camino intransitable y doloroso. Una huida hacia la nada, desde la mirada jocosa e inocente de una niña con mucha chispa.
Jorge Fernández Mayoralas.